Habla,
ramera de mis noches…
Desgarra mis entrañas
y devora la hiel
que como ponzoña envenena mi alma…
Habla,
aunque tu voz
sea tan estúpida
y nadie la quiera escuchar…
¡Te escucho…!
Revienta mis tímpanos,
pero que sea con la verdad
”No te siento”
¡Grita deforme ser…!
¡Rebela tu ira en mi contra
y veras que nada me haces…!
¡Grita…!
Veras cuanto me importa…
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